En el segundo día del encuentro académico Pensando el Siglo XXI que se realiza en la Universidad Autónoma del Caribe, la nobel de paz Rigoberta Menchú describió el momento histórico de Colombia como una encrucijada entre la guerra y la paz.
“Una encrucijada es el punto donde hay varios caminos y necesariamente hay que tomar uno y debe ser acertado para no perderse y llegar a donde los demás no llegaron. Es importante que los colombianos reflexionen sobre su proceso histórico para tomar una decisión el próximo 2 de octubre en el plebiscito”.
Rigoberta Menchú relató la experiencia de Guatemala, advirtiendo que en su país perdieron la consulta no por el tema de la paz, sino por lo que implicaba la aplicación de los acuerdos, señalando que tuvieron que enfrentar los poderes ocultos. “El factor miedo se convierte en cultura de nuestras vidas cuando hemos crecido en la guerra. La cultura del miedo es manipulable por los estrategas de paz o de guerra, pero nosotros somos dueños de nuestra verdad legítima, y los demás van a tener que respetar la legitimidad de la verdad de las víctimas”.
Mientras que aseguró que está convencida de que Colombia está diseñando su modelo de paz, porque no fue repentina, la nobel destacó el espacio creado por la Universidad Autónoma del Caribe en Pensando el siglo XXI, al considerar que es en la universidad donde se forman los principios y valores de la gente para su misión en la sociedad.
En el conversatorio Paz e inclusión: ¿se complementan?, el alto consejero para el Posconflicto, Rafael Pardo, expuso los restos del posconflicto para el futuro sí los acuerdos de paz son refrendados por el pueblo colombiano, señalando que el país tiene una visión de corto y largo plazo, y el sí debe ganar para que ese futuro se cristalice.
Dijo que a corto plazo el reto es estabilizar las regiones en conflicto con la movilización de las Farc a las zonas de concentración, y a largo plazo cumplir a 10 años los acuerdos que se han firmado.
“El 65 por ciento de la propiedad rural en el campo no está formalizada y es una tarea que tenemos que emprender. Igualmente tendremos que resolver la seguridad social en el campo, pues de los 5 millones de trabajadores del sector rural solo 500 mil tienen seguridad social, es decir los que están vinculados con la agroindustria”, puntualizó Pardo.
A la conversación se sumó el arzobispo de Barranquilla, Jairo Jaramillo Monsalve, quien insistió en que la paz no se firma, sino que se construye y es un esfuerzo de buena voluntad de todos los colombianos.
“Le pedimos a Dios para que los que están transitando por el horrendo camino de la corrupción salgan de ese camino que establece la violencia y la guerra entre las comunidades, porque esta guerra es producto de un país mal administrado y desigual. La gran tarea de todos es construir la paz”.